Estas cosas, tal vez se pueden
comparar con una partida de póker. Debes tener buenas cartas, saber cuándo
jugarlas, apostando sobre seguro o bien, echando el resto a lo loco. Y siempre
atento a cualquier gesto de la persona que tienes enfrente.
Yo no he tenido la suerte de
tener buenas cartas nunca, nunca he sabido como jugarlas, no suelo apostar y
desde luego no he echado el resto por nadie.
Tuve la ocasión de ganar, sé que debí haber
echado el resto por esa partida. Teniendo a la reina de corazones delante,
después de mucho meditar en poder llevarme el premio, hubo otro jugador que sin
saber lo que tenía se llevó todo, llevándose
con él la partida.
Ahora me doy cuenta de que no es
cuestión de tener buenas o malas cartas, sino de suerte y de saber cómo
jugarlas.
Hola! me siento muy identificada con las cosas que escribes en tu blog, me gusta y te sigo :) Pienso que siempre hay que creer en el amor aunque haya un momento de nuestras vidas en que no lo tengamos. Pásate por mi blog a ver que te parece http://midiariodepeach.blogspot.com.es/ Un beso!
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